¿Dietas milagro? ¡No gracias!

¿Quién no ha escuchado antes frases como “eres 

lo que comes” y “haz que la comida sea tu 

medicina”?

Tu aspecto externo, tu vitalidad y tu estado de salud son un fiel reflejo de tu funcionamiento interno y de los hábitos de alimentación. Lo que comes y lo que bebes van a ir esculpiendo tu cuerpo desde dentro.

Una nutrición alterada ejerce una importante influencia en el desarrollo de la obesidad como patología principal, pero también provoca astenia crónica, fibromialgia, diabetes, gota, dislipemias y tumores.

Estos procesos patológicos cada vez son más frecuentes. En algunos casos obedecen a las peculiaridades de la sociedad moderna (abuso de la comida basura, los precocinados, las conservas, hábitos alimentarios desordenados y sedentarismo), pero se corrigen del mismo modo, con una dieta saludable.

¿Cómo debes organizar tu dieta ordinaria?

Intentaremos resumir los puntos fundamentales para que mantengas un control de peso y a la vez consigas potenciar los efectos positivos para tu salud y belleza:

-  Mantén cinco comidas diarias. Evita picar entre horas, aunque sí puedes tomar agua      entre las diferentes comidas, pues tiene efecto saciante.

      -   Evita la acumulación excesiva de alimentos en una misma comida.

     Es recomendable, por ejemplo, evitar los postres después de una comida copiosa. Pásalos a la tarde,

     o toma una simple fruta cítrica.

     -   Haz una valoración de las calorías de los platos de cada comida. Toma lo justo, sabiendo que se puede comer mayor cantidad de verduras, ensaladas, proteínas y frutas y menor cantidad de glúcidos salsas, grasas, alcohol, etc.

     -    Pon colores vivos a tus comidas, con verduras frescas y frutas variadas, que te aportarán una fuente extraordinaria de vitaminas y antioxidantes.

     -    Compensa los excesos. Puedes celebrar los compromisos, fiestas, vacaciones, pero después debes volver a tu rutina habitual.

     -  Come despacio. Desconecta, haz que tus comidas sean tus vacaciones del día. Te saciarás antes y comerás menos. Tu cerebro necesita unos veinte minutos para decirte “basta”.

     -   Reduce al máximo tanto el alcohol, como las bebidas dulces y la cerveza. 

     - En las comidas bebe agua.

     -     Come variado.

Haz que tu comida sea tu medicina. Ritmo adecuado, contenido variado, cantidad controlada, comer relajado y acompañar de agua abundante.

Comerás para tu salud.

LARA G.I.